Hasta donde se sabe, no existe evidencia de estudios similares a este en la literatura. El más cercano es \citet{Zavala2018}, cuyos autores hacen uso de modelos del tipo logit para asociar la obesidad y los síntomas depresivos en México. En ese artículo, se encuentra una asociación modesta entre ambas variables solo para el caso de las mujeres. De acuerdo a los autores, tal resultado podría deberse a la mayor exposición que tienen las mujeres a comparar sus cuerpos con los de las mujeres en revistas y televisión.
El resto del estudio es como sigue. Luego de esta introducción, se describen los datos utilizados y se detalla la metodología de análisis en la Sección \ref{737802}. En la Sección \ref{304683} se presentan los resultados y en la Sección \ref{626982} se hace una discusión de estos. Finalmente, se concluye en la Sección \ref{132148}.

Datos y metodología

La Figura \ref{273652} bosqueja la posible asociación entre depresión e inflamación. Esta asociación, como se ha mencionado, podría ser bidireccional. Por una parte, la inflamación puede ser una respuesta del sistema inmune a diferentes agresiones endógenas o exógenas, tales como enfermedades crónicas, alergias y mala alimentación. Por la otra, los individuos que sufren depresión suelen tener comportamientos que pueden conducir a una mayor inflamación, tales como el maltrato, el abuso y el aislamiento social. Lo anterior implica que el modelo estadístico que se presenta en este estudio podría presentar serios problemas de endogeneidad.
Adicionalmente, es importante destacar que ni la inflación ni la depresión pueden considerarse como enfermedades por sí mismas. Más bien, se trata de patrones que responden a la identificación de conjuntos de síntomas cuya fisiopatología sigue siendo estudiada y cuyo diagnóstico suele ser difícil \cite{Erazo2020}. Esto implica un reto adicional en la especificación del modelo, pues ni la inflación ni la depresión son directamente observables.