A medida que avanza la edad, pueden aparecer algunas enfermedades que poco a poco impactan en la salud de las personas. Entre ellas, algunas enfermedades crónicas y neurodegenerativas que impiden mantener la independencia en las actividades básicas de la vida diaria, aumentando los riesgos en el hogar, como las caídas que, además de impactar en la autonomía, provocan una disminución del bienestar y la calidad del estilo de vida. El actual avance de las tecnologías de la información y el abaratamiento del hardware permiten afrontar este problema desde una perspectiva preventiva más que reactiva, es decir antes de que las consecuencias para la salud se vuelvan irremediables. Las viviendas inteligentes surgen desde esta perspectiva, definidas como ambientes confortables que cuentan con inteligencia ambiental y control automático, que permiten responder al comportamiento de los residentes de manera no intrusiva ni invasiva. Este trabajo muestra parte de los resultados de una intervención de prueba clínica que duró 10 meses y donde se implementó un sistema de monitoreo denominado Senior Guardian. Este cuenta con alertas de emergencia, botón de pánico y sensores de actividad (nicturia, caídas y actividades diarias). Entre los resultados se encontró que, con la prueba de concepto, se logró obtener un sistema que permite la asistencia remota como modelo alternativo de atención a la salud de los adultos mayores. Esto demostró que brindó seguridad y protección en su entorno doméstico cotidiano, donde el 81% de los participantes mantuvo y, en su mayoría, mejoró su percepción de calidad de estilo de vida. Entre los resultados se encontró que, con la prueba de concepto, se logró obtener un sistema que permite la asistencia remota como modelo alternativo de atención a la salud de los adultos mayores. Esto demostró que brindó seguridad y protección en su entorno doméstico cotidiano, donde el 81% de los participantes mantuvo y, en su mayoría, mejoró su percepción de calidad de estilo de vida. Entre los resultados se encontró que, con la prueba de concepto, se logró obtener un sistema que permite la asistencia remota como modelo alternativo de atención a la salud de los adultos mayores. Esto demostró que brindó seguridad y protección en su entorno doméstico cotidiano, donde el 81% de los participantes mantuvo y, en su mayoría, mejoró su percepción de calidad de estilo de vida.